Foto: PIXABAY.COM

Calidad y acceso son las dos demandas principales del sistema chileno de educación superior y este ranking busca conciliarlas. Tanto una como otra, no son exclusivas de ningún régimen de universidad, sean privadas tradicionales o autónomas, o estatales.

Fuente: Revista América Economía. Juan Francisco Echeverría y Cristóbal Sáez Riquelme.

Históricamente este ránking ha estado encabezado por la Universidad de Chile (UCH) o la Pontificia Universidad Católica de Chile (PUC), las que se disputan palmo a palmo cada una de las dimensiones de análisis. Ambas tienen un regimen de propiedad diferente (la primera es estatal, la segunda una privada tradicional), por lo que el elemento que más las une sea probablemente el ser las universidades más antiguas del país.

Es por eso que en el Top 10 también imperan las universidades privadas tradicionales (creadas antes de 1982) y las estatales, pues los desarrollos institucionales en educación se parecen a los árboles, y requieren de largos plazos. Aunque, siempre hay una, dos o tres universidades privadas autónomas que asoman en este segmento del ránking.

Bajo el Top 10, las universidades de distintos orígenes se trenzan en el ordenamiento del ránking, sin que se observe diferencias de calidad según regimen de institución. Es decir, la calidad no depende de la propiedad, y todas pueden competir.

Pero, ¿qué pasa con otra de las grandes preguntas que se le hace al sistema universitario?: ¿cómo concilia su labor social de garantizar la diversidad y el acceso de una sociedad chilena cada vez más compleja y que considera la educación como un derecho?

Esta medición poco a poco está buscando dar respuesta a esta interrogante, y presenta una más robusta dimensión de Inclusión y Diversidad, la que sube su ponderador en 1% (el que irá creciendo en otras ediciones), pues parte de la calidad esperada es que esta se logre con quienes tienen actualmente menores condiciones iniciales.

De tal manera lo que se busca es poner en relevancia una distribución equitativa de alumnos según su origen socioeconómico, la disposición de becas y planes propedéuticos o remediales para acoger a los más vulnerables; paridad de género en los claustros; y el acceso a personas en situación de discapacidad.

Y en este aspecto las que más destacan son las universidades privadas autónomas, pues aumentan sus puntajes en promedio, en esta dimensión desde 67,7 a 80,7, con 13 puntos de diferencia, quedando muy cerca de los puntajes promedio actuales de las privadas tradicionales (87,9) y las estatales (83,9).

La universidad más diversa e inclusiva según este ránking es la UCH, fundamentalmente porque tiene alumnos de todos los estamentos sociales de origen, en proporciones parecidas, cuidando a los más vulnerables a través de un robusto sistema de becas que ofrece anualmente $ 6 millones por alumno becado, en 17 tipos de becas distintos. Esto en un contexto de implementación del sistema de gratuidad para alumnos pertenecientes al 50% de familias de menores ingresos. Cabe señalar que la gratuidad aún no se considera en este ranking mientras no entre en pleno régimen y se tenga una evaluación plena de sus resultados.

La universidad privada tradicional con mejor resultado en Diversidad e Inclusión es la Austral (siendo la 2° en la clasificación general de la dimensión), pues también tiene una distribución pareja de alumnos según su quintil socioeconómico de origen, cuyos alumnos vulnerables se ven acompañados por varios programas remediales y propedéuticos, incluido el PACE, el que incluye 111 alumnos. Por su parte, la Universidad Mayor es la mejor privada autónoma en este subíndice (4°), por tener un alto número de alumno con alguna de las 21 becas (total o parcial) que entrega esta casa de estudio. Además esta universidad es una de las que tiene mayor paridad de género, pues, por ejemplo, 40% de los directivos de programas académicos son mujeres y 33% de su decanato, en circunstancias en  que el promedio general en estos indicadores es de 36% y 22%, respectivamente.

De hecho, en cuanto a la paridad de género en los más altos cargos, las privadas autónomas destacan. 43% de los directivos (rectores, prorrectores, decanos y directores) son mujeres en el conjunto de universidades de esta categoría, mientras que las privadas tradicionales y las estatales corresponden a 29% y 27%, respectivamente.

Entre las novedades de esta edición se encuentra un cambio en la medición de prestigio en el ranking por carrera. En esta dimensión se consideró la opinión de cerca de 2.000 profesores de las carreras rankeadas, preguntándoles por las cinco mejores universidades en su carrera, la mejor del mundo según calidad docente y de alumnos, los grados de vinculación con la empresa, la profundidad de su oferta de posgrado, y finalmente una evaluación de 1 a 10 de su carrera. Sin duda información relevante que irá enriqueciendo esta medición año a año.

Metodología

El ránking general y los rankings por carrera incluyen a todas aquellas universidades que pertenecen al sistema universitario chileno, y que además hayan respondido a un cuestionario ad-hoc suministrado por el equipo investigador de AméricaEconomía. Los datos provienen tanto de entidades estatales pertinentes (CNED, DEMRE, CONICYT, SIES / Mi Futuro y Consejo Nacional de Acreditación), como de las propias universidades participantes y corresponden, según el caso, a los años 2017 y 2016, buscando el dato más actual.

Para cada indicador y dimensiones, se asigna un valor máximo de 100 a la mejor Universidad y para el resto de las universidades el indicador se calcula como un puntaje proporcional de ese valor máximo.

El ránking general mide:

  1. Calidad docente (25%): Evalúa el claustro conforme las proporciones que se establecen según el tipo de jornada cronológica (completa, media y por hora) y los grados académicos alcanzados (doctorado, magíster, licenciados y especialidades médicas y de la salud). Del mismo modo, contempla los esfuerzos de las universidades por proporcionar herramientas de desarrollo docente para sus académicos. Además, se integró una variable de ajuste, que correlaciona la jornada completa equivalente (más de 39 horas) con la cantidad de estudiantes de pregrado.
  2. Calidad de alumnos (24%): Considera los puntajes de la PSU (promedio matemática y lenguaje) premiando la mayor proporción de alumnos matriculados en los tramos más altos, los puntajes promedio de NEM y ranking de notas, para el último año vigente.
  3. Investigación (15%): Se evaluó la producción bruta tetranual y la productividad del profesorado full time, de papers indexados en las bases ISI y Scielo. Además, se incluyó la obtención de fondos concursables, según cantidad y monto, y se integró una variable relacionada al impacto de la investigación, a través del ranking internacional de investigación de SCIMAGO.
  4. Acreditación (10%): Evalúa la cantidad de áreas acreditadas y los años de acreditación otorgados por el Consejo Nacional de Acreditación.
  5. Infraestructura (5%): Mide las tasas de metros cuadrados construidos, salas de clases, bibliotecas, laboratorios y talleres, factorizados por alumnos matriculados.
  6. Internacionalización (5%): Mide los convenios internacionales de intercambio de alumnos y profesores, los niveles de uso de dichos convenios y los aportes en becas y apoyos para alumnos de intercambio.
  7. Inclusión y diversidad (6%): Observa los montos promedio de becas propias de la universidad por alumno matriculado de primer año, la distribución de alumnos de primer año según el tipo de establecimiento de educación secundaria (municipalizados, subvencionados y privados) de su procedencia y su nivel socioeconómico, la disposición de infraestructura para personas con discapacidad física y visual, la proporción de mujeres en el plantel, privilegiando los más altos cargos y la existencia de programas remediales o propedéuticos, y PACE.
  8. Vinculación comunidad (5%): Evalúa la existencia de entidades de extensión como teatros, orquestas, ballets o radios, la apertura de las bibliotecas universitarias a la comunidad, la prestación de servicios de asesoría a entidades públicas y multilaterales, el apoyo a actividades de desarrollo comunitario, las actividades de voluntariado, el gasto en extensión y la elaboración de estudios con impacto social.
  9. Vida universitaria (5%): Mide la existencia de federaciones de estudiantes y centros de alumnos por carrera, el apoyo financiero por parte de la universidad a aquellas, la cantidad de áreas verdes y de canchas deportivas, el número de ramas deportivas y artísticas/culturales que dispone su institución.

Los rankings por carrera califican a las diez primeras universidades que las imparten, considerando la sede con más alumnos inscritos y con matrícula de primer año vigente, conforme las siguientes dimensiones de análisis:

  1. Calidad docente (15%): Evalúa las cantidades totales de profesores con PhD, magíster y licenciatura, premiando los más altos grados académicos alcanzados. Además, en el caso de las carreras del área de la salud, se evalúa las especialidades y subespecialidades médicas. Y en el caso de los profesores full time que distribuyen su tiempo en más de una carrera de la misma unidad académica o facultad, el puntaje es prorrateado en aquellas carreras.
  2. Calidad de alumnos (15%): Mide los puntajes PSU (promedio lenguaje y matemáticas) de acuerdo al primer seleccionado, el promedio y el último seleccionado. Además se mide los puntajes del ranking de notas y  NEM, de acuerdo al puntaje máximo, el promedio y el puntaje mínimo.
  3. Acreditación (10%): Evalúa la existencia de la acreditación nacional y los años por las que fue acreditada.
  4. Oferta de posgrado (10%): Observa la cantidad de programas de doctorado y de magíster asociados a la carrera de pregrado. Además, en el caso de las carreras del área de la salud, se evalúa las especialidades y subespecialidades médicas.
  5. Precio / Calidad (5%): Evalúa los precios de los aranceles y matrículas, ajustados al número de alumnos y en relación a la calidad académica de los docentes.
  6. Investigación (10%): Mide la producción bruta tetranual de papers ISI producidos por investigadores afiliados a la carrera.
  7. Empleabilidad (15%): Considera el porcentaje de alumnos que consiguen trabajo al primer año de egreso. En caso de vacío de datos, se emplean los mínimos de la carrera proveídos por SIES.
  8. Prestigio (20%): Evalúa los grados de reconocimiento de las carreras, conforme una encuesta aplicada a la base de lectores chilenos de AméricaEconomía y a profesores universitarios full time de las carreras medidas.

En este link pueden encontrar la tabla con el ránking de las universidades y el sub ránking por carreras de cada universidad:
https://mba.americaeconomia.com/articulos/reportajes/conoce-los-resultados-del-ranking-de-universidades-chilenas-2017

0 Comentarios

Contesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.

Inicia Sesión con tu Usuario y Contraseña

¿Olvidó sus datos?