Por Alejandra Aguirre (Diario Financiero)

De acuerdo al balance anual del Programa de Oficinas de Transferencia y Licenciamiento (OTL) de Corfo, 20 OTL de universidades, generaron 42 nuevos contratos de licencia con la industria en 2015, un aumento en casi nueve veces respecto a los cinco reportados en 2012.

Marcelo González, coordinador de las OTLs en Corfo, señala que estos contratos se han dado principalmente en las áreas de la salud, agricultura y acuicultura y, producción industrial y tecnología.

En el detalle, han crecido los derechos de propiedad intelectual -patentes de invención, secretos industriales y derechos de autor- de software aplicados a imagenología, dispositivos médicos y desarrollos biotecnológicos. Plantea que hay espacio para explotar marcas comerciales y diseños industriales.

Según el reporte de 2015, el número de “Prioridades de Patentes de Invención” -referido a un invento solicitado por primera vez en Chile antes que en otro país-, llegó a 131, mientras que los contratos tecnológicos alcanzaron los 76. En tanto, los ingresos por comercialización (licencias y contratos tecnológicos) sumaron unos $ 4.489 millones.

González atribuye este incremento a la institucionalidad creada en este período dentro de las distintas universidades chilenas y centros de investigación, con el objetivo de transferir tecnología.

“Conformaron unidades o las perfeccionaron y, a su vez, desarrollaron políticas y reglamentos de propiedad intelectual para la transferencia tecnológica. Se ha avanzado mucho en estos aspectos. Hoy contamos con todos los elementos básicos necesarios”, sostiene.

Agrega que estos resultados también son producto de una nueva estrategia de transferencia tecnológica de Corfo, que contempla tres intervenciones y asignación de recursos por etapa: formación de OTLs (hasta $ 140 millones por proyecto por 18 meses) y consolidación de OTLs para la gestión, levantamiento de resultados y vínculo con la industria ($ 180 millones por proyecto a 24 meses). A esto se suma el hub de transferencia tecnológica, que es un modelo asociativo entre universidades, institutos profesionales y centros científicos-tecnológicos.

“Cuando hablamos de licencias que transfiere una OTL a una empresa, la mayoría se trata de una tecnología que no está lista para ser usada o comercializada como un producto tangible. Comúnmente le falta desarrollo, escalamiento. Ese es el desafío, que las invenciones que se están licenciando se conviertan en productos. Tenemos que hacerlo paso a paso, primero madurar el número y luego medir ese traspaso”, precisa.

Corfo espera cerrar 2016 con 70 nuevos contratos de licencias y el próximo año, con 90.

“Hoy, el mayor objetivo de las OTL es generar resultados de comercialización, es decir, que se produzcan más licencias, emprendimientos de base tecnológica, spin off, más contratos de investigación y desarrollo con la industria”, afirma González.

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